Partiendo de la idea de que es la intención lo que puede hacer realidad las cosas, de Bono defiende la posibilidad de se puede aprender a ser un pensador. Para ello propone un ejercicio simple, a modo de juego interpretativo en grupo, en el que a cada persona se le asigna un rol de pensamiento concreto acompañándolo del acto representativo de llevar el sombrero que le corresponda según los siguientes parámetros de color:
- Blanco: neutro y objetivo, basado en hechos y números
- Rojo: la visión emocional
- Negro: cuidado y precaución
- Amarillo: optimismo, pensamiento positivo
- Verde: crecimiento fértil, creatividad y nuevas ideas
- Azul: calma, organización
Con este ejercicio se pretende que las personas se enfoquen en un tipo de pensamiento de manera racional, representando un papel concreto asignado, y liberándose de su propio ego, que en circunstancias normales, es responsable de confusiones y emociones desordenadas que influyen en el pensamiento.
“Pensar bajo un sombrero” facilita que la persona flexibilice su manera de discurrir, que le toque jugar un rol nunca planteado de manera voluntaria. En discusiones de grupo se enriquece las clásicas posiciones bilaterales de pros o contras sobre un tema, se ofrece un enfoque desde 6 puntos variados, recomendándose alternar los sombreros entre todos los individuos de manera constante, y dejando al sombrero azul arbitrar la conversación.
En definitiva, la herramienta de los seis sombreros para pensar nos permite asegurarnos de que todos los aspectos de un problema sean cubiertos y que esto suceda de manera sistemática.
A través de este proceso grupal, no sólo alcanzaremos mejores respuestas para nuestros desafíos creativos, sino que nuestras ideas serán refinadas por el caleidoscopio colectivo del pensamiento lateral.
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