17 de abril de 2010

¿De dónde venimos? ¿Adónde vamos? ¿Hay posibilidad de tarifa de grupo?

Las dos primeras preguntas nos las hemos hecho todos. La tercera sólo podría ser obra de Woody Allen. Esta mente creativa lleva cuarenta años hablando sobre las relaciones humanas, ironizando sobre el comportamiento y las inseguridades que la edad moderna nos provoca. "Guarda algo de locura para la menopausia", le dijo a Diane Keaton en Misterioso Asesinato en Manhattan. Parece que él ha hecho lo mismo, porque su actividad cerebral, aunque muchos discrepen, sigue prácticamente intacta en la actualidad.

En clase se vio un estracto de la película Todo lo que siempre quiso saber sobre el sexo pero nunca se atrevió a preguntar, título que se modificó inexplicablemente tras su salida en dvd. Total, ya nos los habíamos aprendido, no hacía falta cambiarlo. De los cuatro capítulos que vimos, el que más me llamó la atención fue aquel dedicado a la sodomía. El motivo es simple: solamente el Sr. Allen podría haber incluido en una película una historia de amor entre un médico y una oveja. El actor griego Titos Vandis, a mi parecer una mezcla entre Paco Rabal y Antonio Ferrandis, interpreta a un pastor que va al médico porque se ha enamorado de una de sus ovejas. El doctor, interpretado por el gran Gene Wilder, le echa un vistazo a la susodicha y queda prendado de ella. Así nos cuenta Woody su visión sobre la sodomía. Ya no es que el Sr. Allen sea original, es que supura sarcasmo en cada toma, dándole la vuelta a un tema que se podría considerar como delicado y tratándolo con una normalidad absoluta, con la inestimable ayuda del gran Gene, por supuesto.

Aunque este capítulo no lo vimos ese día, lo cuelgo porque es divertidísimo:



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